Objetivo: Acercarnos al pensamiento filosófico de
Schopenhauer de una forma crítica y creativa.
ARTHUR SCHOPENHAUER
“¿Cómo podemos escapar del dolor
de la existencia? ¿En qué consiste este mundo que vivimos anhelando cosas que
no llegan y nos hacen sufrir, y cuando llegan nos sacian y nos hastían y nos
proyectan hacia otros deseos? ¿Cómo podemos salir de ese círculo dramático?
¿Cómo escapara de la maldición de la voluntad, de esa cadena de deseos y de
dolores, esa sumatoria de afanes y desasosiegos que conforman la vida humana?
Esas preguntas y la búsqueda de sus respuestas conformaron el núcleo del
pensamiento de Schopenhauer.” Y es por esta razón que es considerado como el
filósofo pesimista, que habló del dolor y del sufrimiento de este mundo,
influido sin duda por el pensamiento oriental, de quien es un gran lector y
asiduo seguidor.”
Schopenhauer nació en Danzig en
1788 y muere en 1860, filósofo alemán de cuyos padres tienen un origen
holandés. Su obra más importante es “El mundo como voluntad y representación.
“Los individuos estamos
contagiados por el mal universal, pero al menos podemos intentar escapar de él,
por la vía de la razón, que tiene una función práctica: liberarnos de los males
del mundo. Quien se deja llevar por la pasión, por el deseo o por la voluntad
está condenado, continuará el ciclo permanente que lleva de sufrir por no tener,
o a tener y por lo tanto sufrir por hastiarse de tener. La razón es la que nos
puede mostrar las cosas tal como son y al verlas hacernos renunciar a la
voluntad que nos constituye.
La voluntad cósmica desea cosas
que no llevan a nada, más que a seguir deseando. Es decir, desea desear. La
voluntad lo que desea es querer siempre
más y prolongar esta especie de terrible circo de las pasiones y de los
enfrentamientos. La razón nos puede revelar
la voluntad tal como es y al verla hacernos sentir el lógico rechazo y
renunciar a participar en ese juego del cual nadie puede salir bien parado.
El sentimiento más propio por el
que saboreamos la voluntad es el dolor.
No sufrimos por desviarnos del dictado de la voluntad, sino por someternos
ciegamente a ella: sólo oponiéndonos a la voluntad, aboliendo a su ímpetu,
podríamos suspender el dolor y el mal.” (Tomado de La Aventura del pensamiento
de F. Savater)
“El concepto de voluntad, en el estricto sentido schopenhaueriano, no alude a la mera facultad psíquica de
querer sino que, antes bien, se refiere a un ser o esencia (Wesen) de
carácter metafísico cuyo correlato sensible es el mundo fenoménico. En
efecto: el mundo de los fenómenos —que a diferencia de la Voluntad está sujeto indefectiblemente a
las coordenadas espacio-temporales determinadas por el principio de individuación (principium individuationis) y a la ley de causalidad—, no es más que la
Voluntad misma «objetivada» que,
en cuanto tal, debe ser entendida en términos de lo que Schopenhauer llama «representación» (Vorstellung).
Según Schopenhauer, la voluntad
—en su modo de ser objetivado— se manifiesta en todos los estratos del mundo
natural, desde la simple piedra hasta el hombre, en quien alcanza su grado
máximo al adquirir la forma del deseo consciente —en cuyo único caso pasa a identificarse con la noción corriente
de voluntad—. En sí misma, sin embargo, la Voluntad
no es otra cosa que «un ciego afán (Drang),
un impulso o pulsión (Trieb) carente por completo de fundamento y motivos» (El mundo como voluntad y
representación, II. ii, 28). En otras palabras:
Bajo tales
aspectos, entonces, resulta evidente que yo, con razón, haya puesto a la
Voluntad de vivir como lo ulteriormente inexplicable, o más bien, como
fundamento y base de toda explicación y que esta —muy lejos de ser un
palabrerío vacío como 'lo absoluto', 'lo infinito', 'la idea' y demás
expresiones similares— sea lo más real (das Allerrealste) que conocemos;
más aún: el núcleo de la realidad misma (der Kern der Realität selbst).
(Ibid.)
Ahora bien,
en la medida en que la voluntad se expresa en la vida anímica del hombre bajo
la forma de un continuo deseo siempre insatisfecho, Schopenhauer concluye que
«toda vida es esencialmente sufrimiento (Leiden)» (Op. cit., IV,
§ 56). Y aun cuando el hombre, tras múltiples esfuerzos, consigue mitigar o
escapar momentáneamente del sufrimiento, termina por caer, de manera
inexorable, en el insoportable vacío del
aburrimiento. De ahí que la existencia humana sea un constante pendular
entre la Escila del dolor (Schmerz) y la Caribdis del tedio (Langeweile),
periplo éste que la inteligencia sólo puede anular a través de una serie de
fases que conducen, progresivamente, a una negación consciente de la Voluntad
de vivir.
Es por ello por lo que Schopenhauer propone
una huida del mundo. Con todo, no aprueba el suicidio como camino, ya que el suicida no renuncia a la vida en sí misma,
sino a la que le ha tocado vivir en condiciones desfavorables. Por lo tanto, el
filósofo reconocerá como válidas sólo tres alternativas, que jerarquiza según
el grado de aniquilación de la Voluntad implicado en cada una de ellas:
- la contemplación de la obra de arte como acto desinteresado, fundamento de su estética;
- la práctica de la compasión, piedra angular de su ética;
- la autonegación del yo (asimilable a una suerte de nirvana) mediante una vida ascética.
Por lo demás, Schopenhauer fue el primer gran filósofo occidental que puso
en contacto los pensamientos de su época con los de Oriente y uno de los
primeros en manifestarse abiertamente ateo. “ (Tomado de
Wikipedia)
ACTIVIDAD
1. ¿Qué es la Voluntad para Schopenhauer?
2. Elabora un escrito corto, expresando tu
opinión de la postura filosófica de Schopenhauer.
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