Objetivo: Reflexionar acerca del
existencialismo, sus exponentes principales, en este caso Jean Paul Sartre como
uno de los más influyentes, su actualidad.
Jean Paul Sartre
"El existencialismo ateo que yo represento
(...) declara que, si Dios no existe, hay por lo menos un ser en el que la existencia precede a la esencia, un ser que existe antes de poder ser definido por ningún concepto, y que este ser es el hombre o, como dice Heidegger, la realidad humana. ¿Qué significa aquí que la existencia precede a la esencia?
Significa que el hombre empieza por existir, se encuentra, surge en el mundo, y
que después se define. El hombre, tal como lo concibe el existencialista, si no
es definible, es porque empieza por no ser nada. Sólo será después, y será tal
como se haya hecho. Así pues, no hay naturaleza humana, porque no hay Dios para concebirla. El hombre es el único que no sólo
es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe
después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la
existencia. El hombre no es otra cosa que lo que él se hace. Éste es el primer
principio del existencialismo. Es también lo que se llama la subjetividad, que
se nos echa en cara bajo ese nombre. Pero ¿qué queremos decir con esto, sino
que el hombre tiene una dignidad mayor que la piedra o la mesa? Pues queremos
decir que el hombre empieza por existir, es decir, que empieza por ser algo que
se lanza hacia un porvenir, y que es consciente de proyectarse hacia el
porvenir. El hombre es ante todo un proyecto, que se vive subjetivamente, en lugar de ser un musgo, una podredumbre o una coliflor; nada existe previamente a este
proyecto; nada hay en el cielo inteligible, y el hombre será, ante todo, lo que
habrá proyectado ser. No lo que querrá ser. Pues lo que entendemos
ordinariamente por querer es una decisión consciente, que para la mayoría de nosotros es posterior a lo que el hombre ha
hecho de sí mismo. Yo puedo querer adherirme a un partido, escribir un libro,
casarme; todo esto no es más que la manifestación de una elección más original,
más espontánea de lo que se llama voluntad. Pero si verdaderamente la existencia precede a la esencia, el hombre
es responsable de lo que es; yo opino que es real el motivo o causa del
ser."
Jean-Paul Sartre, El existencialismo es un humanismo
¨ Sartre no solo es, sin
duda, el filósofo moderno más destacado de Francia y uno de los más
trascendentes de Europa, sino también
una de las figuras más importantes de de
la historia del pensamiento europeo.
Filósofo, novelista,
dramaturgo y ensayista, ocupándose de temas
como la guerra, la política, la literatura y la sociedad contemporánea.
Nación en París en 1905
y muere allí mismo en 1980.
¨ El Ser y La Nada¨, es
una obra extensa, compleja, llevada con
muy buen pulso expresivo. Sartre obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1964, rechazándolo por considerarlo de tipo
burgués.
En el Ser y la
nada, parte de dos ámbitos: el ser en sí
y el ser para sí. El ser en sí es una especie
de esfera sin fisura, es pleno, sólido,
es el ser en el que no ha penetrado la
razón y la separación que la ciencia introduce. Mientras el ser en sí es la
materia, lo inerte, lo mecánico, el ser
para sí es allí en donde la conciencia funciona por aniquilación de contenidos,
proyectando una luz y diciendo este no
soy yo. De lo que se trata es que el ser en sí es lo que es y como es, no tiene
vueltas, no le falta nada, es. En cambio la conciencia, el ser para sí, no
tiene plenitud alguna, está siempre haciéndose, no es nada determinado
previamente, de hecho es la nada de su indeterminación, y por ser una nada
puede llegar a ser cualquier cosa: un ser para sí no tiene una esencia previa –
a diferencia de una silla, por ejemplo,
que no puede ser más de lo que es -, se hace mientras vive, y se hace
desplegando la libertad que es.
Un gato es como otro
gato. Pero un hombre puede ser enormemente diferente a otro hombre.
Su ser es una nada de
determinaciones. Él hará de esa nada un
ser determinado a través de las elecciones que vaya haciendo a lo largo de su
vida.
El ser humano está
inventándose permanentemente, está creándose
determinado por sus sucesivas elecciones.
En ese sentido es que el
hombre se hace a sí mismo. Su ser no está predeterminado. Lo que llega a ser
depende de sus elecciones. La libertad pertenece a la estructura misma de la conciencia.
Sartre lo dice muy claramente cuando aclara que se está condenado a ser libre.
No se puede dejar de elegir y, por lo tanto, de estar expuesto al fracaso y al
ser – nada frente al mundo y ante lo
otros hombres. Esta libertad constitutiva se reconoce en la angustia. Es en la
angustia donde el hombre comprende sus er como libertad originaria.¨ (Savater,
Fernando. La Aventura del Pensamiento. Editorial Sudamericana. Buenos Aires,
2008. Cap.25, pags. 357-371)
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